martes, 12 de agosto de 2008

SÁNDOR MÁRAI. La mujer justa.Editorial Salamandra.Encuadernación rústica. 415 pág. ISBN 84-788-8937-X

SINOPSIS
Tres voces, tres puntos de vista, tres sensibilidades diferentes para desentrañar una historia de pasión, mentiras, traición y crueldad concebida por Sándor Márai en los años cuarenta, los años de El último encuentro y Divorcio en Buda, la época más fértil y lúcida de la obra del gran escritor húngaro.
Compuesta de tres monólogos, correspondientes a los tres personajes que conforman la novela, esta edición de La mujer justa reúne por primera vez en castellano las dos primeras partes, publicadas en 1941 en Hungría, y la tercera, escrita durante el exilio italiano de Márai y añadida a la versión alemana de 1949.
Una tarde, en una elegante cafetería de Budapest, una mujer relata a su amiga cómo un día, a raíz de un banal incidente, descubrió que su marido estaba entregado en cuerpo y alma a un amor secreto que lo consumía, y luego su vano intento por reconquistarlo. En la misma ciudad, una noche, el hombre que fue su marido confiesa a un amigo cómo dejó a su esposa por la mujer que deseaba desde años atrás, para después casarse con ella y perderla para siempre. Al alba, en una pequeña pensión romana, una mujer cuenta a su amante cómo ella, de origen humilde, se había casado con un hombre rico, pero el matrimonio había sucumbido al resentimiento y la venganza. Cual marionetas sin derecho a ejercer su voluntad, Marika, Péter y Judit narran su fallida relación con el crudo realismo de quien considera la felicidad un estado elusivo e inalcanzable.
Marai inició su carrera literaria como poeta y ese aliento pervive en La mujer justa. En esta novela están sus páginas más íntimas y desgarradas, las más sabias. Su descripción del amor, la amistad, el sexo, los celos, la soledad, el deseo y la muerte apuntan directamente al centro del alma humana.

IMPRESIONES
Más que una novela es un ensayo que se manifiesta con un intelecto prodigioso. Un ensayo sabio, completo y extenso que nos muestra los estertores de la agonía y la decadencia de un mundo mutilado por los totalitarismos. Tres protagonistas en una misma historia, tres monólogos donde cada voz acepta el creciente dolor que lleva consigo el deseo de la felicidad; donde la ausencia de diálogos se suple con las reflexiones que Márai dirige a un interlocutor anónimo y que se sumergen en el lector.
"Y también conocía el movimiento ondulatorio que empuja continuamente al ser humano entre la satisfacción y el deseo, entre la sed y el hastío, en una oscilación que atrae y repugna a la naturaleza humana sin darle paz ni solución. Todo esto lo sabía, aunque no con la certeza con que lo sé ahora que me acerco a la vejez. Quizá entonces todavía alimentaba una esperanza en el fondo de mi corazón, esperaba que existiese un cuerpo, un único cuerpo capaz de acoplarse en perfecta armonía a otro cuerpo para aplacar la sed del deseo y el hastío de la satisfacción en una especie de manso reposo, en ese sueño que los hombres suelen llamar felicidad. En la vida real no existe, pero yo entonces no lo sabía.
En la vida real sólo a veces la tensión del deseo, la excitación no va seguida de una fase de introversión, de ese profundo abatimiento que aparece una vez satisfecho el deseo.

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